sábado, 16 de octubre de 2010

La productividad del silencio y la rentabilidad de las palabras


Como coach financiero y facilitador de equipos de alto desempeño, siempre comienzo mis sesiones haciendo énfasis en la importancia de la siguiente frase "Hablar es lo más barato que hay, pero cumplir, refiere siempre a una prima o descuento de lo que eres, si hablas y no cumples, seguramente tu valor será cero, ahora imagina si hablas y cumples, serás un bono cotizado con una prima increíble, y lo mejor, todo el mundo te buscará para disfrutar de los mejores rendimientos.  Qué fácil es ser rico, no?".

Con esta frase intento darle importancia al cumplimiento de las cosas propuestas, de las ofertas personales para avanzar, en fin, intento significar la importancia del lenguaje unido al compromiso de cumplir, o mejor dicho por Lair Ribeiro, "Nada es, hasta que el lenguaje lo hace ser", sin embargo, más allá del deber por cumplir sobre lo que decimos, que ya es un problema en sí, porque siempre o generalmente todos tendemos a hablar por doquier sin revisar de fondo todas las palabras ofrecidas vs los resultados esperados, y vaya que siempre tenemos ese problema, lo que hablamos con nuestra pareja, las cosas que les ofrecemos a nuestros hijos, lo conversado en los proyectos de trabajo, nuestras conversas con amigos y familiares, y peor aún, aquellas conversaciones personales con nosotros mismos que generalmente culminan en pensar más de lo que podemos hacer.

Durante los dos últimos meses, luego de almorzar y conversar con diferentes personas que a diario enriquecen mi vida, por los regalos que me otorgan sin saberlo con solo hablarme, comenzó la búsqueda por entender porqué hablamos tanto, y no logramos contener tanta verborrea que al final nos hace perder ese valor esperado de nosotros?, finalmente, esa búsqueda concluyó en lo que muchos de ustedes seguramente practican que es EL Silencio, ¡si!, ¡así de fácil!, y la pregunta es, porque publicar un artículo donde una puerta y un niño indicando silencio para tocar algo que ya muchos de nosotros sabemos y que en toda la literatura de autoayuda, de espiritualidad y religión ya lo han mencionado desde hace miles de años.

Algo muy sencillo que a mi entender, toda la literatura escrita de autoayuda y afines, a obviado explicar, y es la relación entre el silencio y el hablar, para darle sentido a mi frase inicial sobre el valor de las palabras y los rendimientos de cumplir con hechos los compromisos de las mismas, debemos encontrar la esencia de la productividad del silencio y la rentabilidad de las palabras .  Para explicarlo mejor, comencemos repasando que todos conocemos al silencio como la madre de todas las sabidurías, y la aplicación del mismo, no es menester de este pequeño aporte, por lo que, cada uno tiene la convicción de utilizar el mejor método para guardar silencio y habituarse en la práctica del autocontrol y la autodisciplina, ahora bien, en qué momento hablar?, ¿Cuando debemos pronunciar palabra? es necesario por supuesto hablar para comunicarnos para facilitar nuestros procesos de relaciones interpersonales, ahora bien, ¿Cómo hacer para que nuestra habla comedida y precisa sea signo de claridad de pensamiento y de una mente serena?

Los sabios de la antiguedad solo hablaban si las palabras que iban a pronunciar pasaban tres puertas.  En la primera puerta se preguntaban a sí mismos: ¿Son estas palabras sinceras? Sí así era, las palabras entonces pasaban a una segunda puerta, ante la cual los sabios se preguntaban ¿Son estas palabras necesarias? Si lo era, pasaban entonces a la tercera puerta, ante la que se preguntaban: ¿Son estas palabras amables? solo si las tres preguntas tenían respuesta afirmativa, permitían que las palabras salieran de sus labios y ser enviadas al mundo para finalmente hacer que se cumplieran.

Ejercicios para la productividad y rentabilidad de tus palabras

  1. Haz votos de silencio semanal, incluso diario, el hábito del silencio te ayudará a mantener la calma y serenidad, alejar las preocupaciones y así podrás evitarte ansiedades, miedos, dolor, angustia, el método para guardar silencio?, hay millones en todas las culturas, te invito a que utilices la que te haga sentir más cómodo. - Los votos de silencio deben tener un objetivo en particular por cada sesión.
  2. Practica el hábito de preguntar si tus palabras pasan la prueba de las tres puertas, en este hábito comenzarás a desarrollar tu escucha activa, luego filtrar tus palabras para saber si lo que vas a decir es sincero, necesario y amable.
  3. Luego que tus palabras estén en el mundo que formen parte de lo que eres encárgate de que se cumplan, de hacer que las cosas que haz dicho sucedan, ten por seguro que el Universo, Dios, o como lo quieras llamar hará que las cosas sucedan para ti, es Ley Universal, haz y luego recibirás, eso si cumple para que seas cumplido.
Imagina por un momento tu vida y la de los tuyos, si tomaras aunque sea un día a la semana para  comenzar a revisar como hacer para hablar menos y que tus palabras fuesen más productivas y rentables para que sus resultados incidan de manera contundente en ti, tus cosas y la de los tuyos...Este es uno de los hábitos necesarios para avanzar y crecer.

Yo ya comencé a desarrollar mi hábito, te invito a lo que hagas, no esperes, tu futuro lo agradecerá...

Saludos
Marlon




2 comentarios:

Carlos Albornoz dijo...

Definitivamente estamos en pañales en cuanto a lo que te refieres aquí, hermano. Hablamos y hablamos y no hacemos nada, y no sabemos cuando callar; lo peor es que después nos quejamos. Excelente reflexión. Voy a poner en práctica los ejercicios. Esto va para un taller seguro. Un abrazo.

Marlon dijo...

Así es, ya tenemos un ejercicio de este artículo, luego te lo envío

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